Sus labios rozaron la esfera. Al primer contacto un poco de electricidad, algo de frío, una sensación ajena lo tomaron. Era su primer experimento en la universidad, necesitaba el dinero y había evaluado muchas pruebas antes de decidirse por esta.
Accidentalmente alcanzó con su lengua la esfera, y una descarga marcó los limites. Su primera reacción lo llevo a alejarse, pero el aparato lo siguió. Solo la lengua logró escapar, pero él seguía firmemente atrapado en el beso.
Lentamente la esfera cambiaba, se amoldaba a sus labios, a las grietas en ellos. Empezó a temer, pero no había vuelta atrás.
Pronto todos sus dientes se vieron cubiertos por el metal que se escurría en él, por la parte interna de sus mejillas y bajo su lengua.
Frenético, tomó de los hombros al estudiante y sus ojos suplicaron. "Solo un segundo más" - le contesto - "ya termina." De repente un choque eléctrico atravesó sus dientes, bajó por su maxilar y recorrió todo su cráneo, antes de desmayarse...
... cuando volvió en si la esfera estaba de nuevo en su pedestal, y en los monitores un completo modelo en tres dimensiones de su esqueleto había sido formado. La prueba había sido un éxito.
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